Por fin ha llegado el verano, pero ¿todavía tienes la cara de Blancanieves? Los polvos bronceadores son tu “arma secreta” perfecta.

Pero muchas personas se muestran reacias a usar bronceador/polvos bronceadores porque piensan que lucirán antinaturales y/o veteados. Todo está en la técnica. De hecho, si utilizas un color demasiado oscuro en todo el rostro sin difuminarlo en la línea de la mandíbula, el resultado distará mucho de ser natural. A continuación se ofrecen algunos consejos de un profesional para conseguir un bonito aspecto bronceado natural utilizando un bronceador.

1) Elige un tono que combine con tu color.
Por ejemplo, si tienes la piel muy pálida, elige un bronceador de color claro.
2) Utilice un cepillo grande y suave con cerdas naturales. Si el cepillo es demasiado pequeño o tiene cerdas demasiado densas, dejará rayas.
3) Piensa en las áreas de tu rostro donde te bronceas naturalmente: pómulos, nariz, área entre la nariz y las mejillas, frente y mentón.
4) Sumerge la brocha en el polvo y agítala para eliminar el exceso. Esto nuevamente, para evitar rayas.
5) Ahora pásalo por las zonas mencionadas y luego más ligeramente por todo el rostro.
6) Difumina el polvo en la parte superior de tu cuello y si lo deseas (este paso no es imprescindible si solo has usado un pequeña cantidad) aplica un poco en tu escote si tu vestimenta es apropiada. ¡Cuidado con la ropa de colores claros! Puedes utilizar esta técnica si no quieres tener una línea divisoria entre el rostro y el cuello si tu polvo es más oscuro. Incluso puedes aplicarlo en tus oídos.
7) No lo olvides, úsalo poco a poco. ¡Es más fácil agregar más que quitarlo!
Consejo: utiliza la técnica de la P: crea la letra P desde el centro de tu rostro, desde la frente hasta el mentón, luego la curva de la P desde la frente hasta la nariz sobre el pómulo. ¡Obviamente la P estará orientada hacia atrás en el otro lado! Cuando hayas hecho esto, pasa el resto del polvo ligeramente por todo el rostro para que no se formen líneas divisorias.

Si quieres aplicarlo en todo el rostro, aplícalo en diagonal, comenzando en la sien y bajando hasta la mandíbula opuesta, luego desde la mandíbula hasta la sien opuesta. Esta es la técnica X. Luego no olvides difuminarlo en el escote para que no se forme una línea divisoria (¡cuidado con tu ropa!) y aplicar un poco en tus orejas.

Algunos maquilladores utilizan la técnica B. Es igual que la P pero pasan por encima de la línea de la mandíbula. Personalmente no me gusta esta técnica porque crea una línea divisoria en el cuello, pero puede ser útil para personas que no tienen una línea de mandíbula bien definida (como papada o papada caída). Pide ayuda si quieres probarlo.


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